Dos corazones que no deberían hablarse el uno al otro, se acercan, en una ciudad más parecida a una celda.
La gente dice nuestros nombres, por la calle en voz baja, las historias que cuentan, si alguien las escuchara. Tu vienes de un pueblo donde la gente no se molesta en saludar, a menos que alguien nazca o muera, y yo vengo de un pueblo donde ellos arrastran tus esperanzas por el barro, porque sus propios sueños están todos muriendo.
Y cuando caminamos por la calle, el viento canta nuestros nombres en canciones rebeldes, los sonidos de la noche deberían inquietarnos, pero es demasiado tarde cuando el miedo se va.
Te veré en la otra vida, te lo prometo, donde podamos estar juntos, te lo prometo, hasta entonces esperaré en el cielo, te lo prometo, lo prometo, lo prometo.
Hay tantos enfrentamientos para cruzar las puertas del cielo, pero nadie quiere nunca morir o salvarse.
Sus intenciones no son tan buenas, y puedo oler el asfalto, es su carretera personal al infierno siendo pavimentada.
Y cuando caminamos por la calle, el viento canta nuestros nombres en canciones rebeldes, los sonidos de la noche deberían inquietarnos, pero es demasiado tarde cuando el miedo se va.
Te veré en la otra vida, te lo prometo, donde podamos estar juntos, te lo prometo, hasta entonces esperaré en el cielo, te lo prometo, lo prometo, lo prometo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario