Los muros temblaban con su increíble juramento: Con él se reivindicaban miles de víctimas

viernes, 19 de noviembre de 2010

La verdad del sol

Que bonita, que diferente, pero igual, una adolescente.
 Arriba, abajo, adelante, atrás, en el sub suelo o en el cielo, ya que más dá. Lo terrestre abunda, me llena y me conforta, es mi chaleco cuando tengo frío, mi leche cuando tengo hambre y mi cerveza cuando tengo sed. En cambio lo celestial por el contrario, no es ni abrigo, ni mi nutriente ni mi líquido; no es nada de eso, porque entre las nubes y las estrellas, los sueños y los santos no se siente dolor alguno. No se siente rabia, alegría o pena. No se siente angustia o soledad. Aquí, aquí en el cielo se siente de verdad.
 Y entonces ¿Por qué tan complicada? ¿Por qué se ve mi alma tan atada? oh amigos mios, ya tendré 16, solo pocos años para un viejo pez. Viejo de verdad, porque creo haber alcanzado el nirvana, quizás solo fue una parte, quizás para ustedes no valga nada, pero para mi, fue la mezcla entre el aire, la tierra, el fuego y el agua. Pero lo trivial me arrastra, ¿Y saben por qué? porque pronto tendré solo 16, porque soy solo una adolescente y está en las venas de mi edad esta complicación demasiado natural.
 Todo parece una teleserie, y debe ser una, y ahora que la protagonista baje de la luna y elija pronto, antes de que su corazón la estrangule y la deje sin plumas.

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