Vuela, vuela alto pequeño pez.
Estoy tan muerta y tan consumida, pero por sobre todo, tan ida. Es como si mi camino fuera un libro, y por ahí o por allá aprendí a leer, y no me aguanté, porque me gusta saber harto, y lo leí, y aprendí, y crecí y ahora el vacío es tan grande que no se por donde seguir, supongo que tengo que aprender a escribir, así voy a dibujar un nuevo mapa por el cuál me guiaré, eso si, ojalá apruebe el curso de cartografía.
Eey! basta!, me volví a enredar, aash, estúpido espiral, y estúpida chiquilla de ojos café que tiene todo lo que siempre quizo tener y no se le puede pegar ni con scotch una sonrisa permanente y bonita.
Y supongo estúpido pez, que deberías cantar, así con el corazón, y me dices si te logras escuchar, porque del planeta tierra cada vez más lejos estás.
Para los estúpidos que les gusta coser: En todos estos sacudimientos de mi vida salía al final ganando alguna cosa, eso no podía negarse, algo de espiritualidad, de profundidad, de liberación; pero también algo de soledad, de ser incomprendido, de desaliento. Hermann Hesse (L)
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