Los muros temblaban con su increíble juramento: Con él se reivindicaban miles de víctimas

jueves, 14 de febrero de 2013

pium

Estoy triste, pero realmente no se de que estoy triste. Quizás de haber cambiado tanto por la parte superficial, por mi piel, porque mis órganos, mis células, mi mente, mi interior, no lo podré cambiar jamás. Porque no está escrito que sea diferente. Porque aunque todas mis energía se unieran y desearan cambiar lo que soy no lo conseguirían, no lo conseguirían jamás.
Quizás estoy triste por perderme por tanto, quizás estoy triste porque puedo pasar días sin escuchar Marea, peor, sin querer escuchar Marea, sin querer que la poesía que me inunda, me da vida y me inyecta sensaciones que sólo pocos comprenden, ni yo las comprendo.
Quizás estoy triste porque ya no soy lo que solía ser, pero a la vez paradójicamente no puedo cambiar el color de ni una neurona que habita en mi cabeza.

Estoy triste por estar escribiendo así, tan asquerosamente mal, sin sentimiento, o no, no es sin sentimiento, porque adentro tengo millones, es sin poder expresar en cada letra, en cada tecla lo que mi alma sufre.

Lo que más me preocupa, es que estoy triste hasta que pienso en ti.


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