Los muros temblaban con su increíble juramento: Con él se reivindicaban miles de víctimas

domingo, 19 de septiembre de 2010

Es muy joven aun.


Despacio, camina.
Elévate y llévame contigo. Volemos juntos hasta el amanecer, o juntas, a esta altura del juego ya no se sabe que es lo que se quiere tomar y que se puede dejar. Un martes como este, un martes como aquel, decidí desaparecer para los ojos de todos quienes no amaban a el bulgar pez. oh gloria para él, merece morir en un altar, como un azteca al que se le saca el corazón, pero su corazón merece más que rodar y solo palpitar, debe ser apreciado y contemplado por millones de generaciones, por lo que era capaz de sentir y transmitir. Cuando los halos de la luna no me quemen espero que ese pez tenga el nombre que más escribo tatuado en sus escamas.

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